jueves, 13 de abril de 2017

¡NO PUEDO DEJAR DE PECAR!

Todos los seres humanos nos enfrentamos a tentaciones casi a diario, todos tenemos puntos débiles que el enemigo conoce y quiere aprovechar, entonces sucede,  una de esas veces que somos tentados caemos en pecado, la caída es dolorosa y nos hace sentir que hemos decepcionado a Dios una vez más, y Satanás pasa a ser el fiscal que nos acusa. Pero lo peor es que pasan meses, semanas o incluso días y volvemos a caer, así que el círculo de la vergüenza inicia de nuevo.

Ese es el juego favorito del enemigo para alejarnos de Dios, hacernos sentir poco merecedores y los más pecadores hasta que nos alejemos del trono de la gracia para dar rienda suelta a nuestra naturaleza pecaminosa.

Tomado de Pinterest
Tú no eres el único que pasa por esa situación, el apóstol Pablo también y lo deja claro en Romanos 7:14 – 25, esa es la naturaleza humana dispuesta a pecar siempre que se le da la oportunidad. Pero ¿Qué podemos hacer? ¿Rendirnos ante el pecado? ¡De ninguna manera! Debemos luchar, el mismo apóstol Pablo escribió en su carta para los Filipenses “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” es que nuestra batalla es espiritual y no la podemos ganar en nuestras fuerzas, por esto debemos entregarle a Dios nuestra debilidad y pelear para no darle cabida al pecado.


Dios no nos juzga, Él nos ama, sin embargo aborrece el pecado. Acerquémonos confiadamente a  Su presencia, reconozcamos nuestras fallas y errores, santifiquémonos e intentemos llevar una vida de acuerdo a Su Palabra.


No te desanimes si tienes una debilidad, trata de buscar a Dios todo el tiempo, leer Su palabra y alejarte de ese algo o alguien que te lleva al pecado ¡Pelea de la mano de Dios y vencerás el pecado!