Todos los seres
humanos nos enfrentamos a tentaciones casi a diario, todos tenemos puntos
débiles que el enemigo conoce y quiere aprovechar, entonces sucede, una de esas veces que somos tentados caemos
en pecado, la caída es dolorosa y nos hace sentir que hemos decepcionado a Dios
una vez más, y Satanás pasa a ser el fiscal que nos acusa. Pero lo peor es que
pasan meses, semanas o incluso días y volvemos a caer, así que el círculo de la
vergüenza inicia de nuevo.
Ese es el juego favorito
del enemigo para alejarnos de Dios, hacernos sentir poco merecedores y los más
pecadores hasta que nos alejemos del trono de la gracia para dar rienda suelta
a nuestra naturaleza pecaminosa.
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Tomado de Pinterest |
Tú no eres el
único que pasa por esa situación, el apóstol Pablo también y lo deja claro en
Romanos 7:14 – 25, esa es la naturaleza humana dispuesta a pecar siempre que se
le da la oportunidad. Pero ¿Qué podemos hacer? ¿Rendirnos ante el pecado? ¡De
ninguna manera! Debemos luchar, el mismo apóstol Pablo escribió en su carta
para los Filipenses “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” es que nuestra
batalla es espiritual y no la podemos ganar en nuestras fuerzas, por esto
debemos entregarle a Dios nuestra debilidad y pelear para no darle cabida al
pecado.
Dios no nos
juzga, Él nos ama, sin embargo aborrece el pecado. Acerquémonos confiadamente
a Su presencia, reconozcamos nuestras
fallas y errores, santifiquémonos e intentemos llevar una vida de acuerdo a Su
Palabra.
No te desanimes
si tienes una debilidad, trata de buscar a Dios todo el tiempo, leer Su palabra y alejarte de ese algo o alguien que te lleva al pecado ¡Pelea de la mano de
Dios y vencerás el pecado!
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